domingo, 14 de diciembre de 2014

un corazón hecho para dos

Ella venia en la dirección contraria a él, ella venia con los audífono puesto y las manos escondidas en los bolsillos de su chaqueta, venia con la vista baja, clavada en el pavimentos, venia completamente enajenada del mundo, sin mirar mas allá de sus pasos, él en cambio venia igual que ella con audífono y la música a todo volumen intentando escapar del mundo que en ese momento lo rodeaba pero del que no se desprendía, sabia que a su lado venia una madre con un pequeño niño, que unos pasos mas adelantes iba una pareja de ancianos tomados de las manos y un poco mas atrás un grupo de chicas que venían riéndose, por eso la noto a distancia y aunque existiera mil y una persona en esa calle, a esa chica  la había visto desde lejos captando por completo su atención, su sistema de alerta se encendió en cuanto la visualizo. A escasos metros ella levanto la vista del suelo y sus ojos se encontraron de lleno con los de él, en ese preciso momento el mundo desapareció, todo dejo de existir y el silencio reino con una única excepción, el sonido de su corazón latiendo a un ritmo que nunca había sentido, emanando una sensación cálida y familiar que solo esa chica completamente desconocida había provocado, ella le sonrió a él, él sabia que le sonreía a él a pesar de que jamás se habían visto, él no supo que hacer y desvió la vista pero no pudo evitar de ver el dejo de tristeza en los ojos de ella que volvían a ver su andar, en escasos segundo pasaron el uno al lado del otro y su corazón se detuvo un segundo antes de volver a latir al ritmo de una melodía silenciosa, su caminar no se detuvo, siguieron con su senderos sin mirarse, no se volverían a ver, ella desaparecería, ella era, ella era repitió su mente en el mismo momento que él giro en dirección a ella, para detenerla, la abrazo y ella correspondió el abrazo, se abrazaron con anhelos, con nostalgia, con calidez bajo esos cerezos.
Ella era..., él era.., y ambos lo habían vuelto a descubrir con ese cruce de mirada, aunque ahora no supieran quien era el otro.
"Nunca te dejare ir aunque pasaran ciento de vida, nacimos para amar solamente al otro" dijo él mientras lagrimas caían al volverla encontrar.
"un corazón dividido en dos" concluyo ella abrazándolo más fuerte.

Hoy escribo para un nuevo 14 tras 40 meses desde tu partida, una nueva carta enviada al cielo para el ángel que hoy cuida mi andar, mi pequeño niño espero que te guste este mini relato, te quiero mucho y siempre estarás en mi corazón.