Ella dejo sus cosas ordenadas, se cambio de ropa y se puso hacer sus deberes, tiempo que aproveche para salir de la habitación a ver un poco mas, no me interesaba lo que ella hiciera, no me importaba en absoluto, de seguro seré el peor guardián, pero para mi mejor a lo mejor así volverá Rafael y me sacara de aquí, porque no pondría de mi parte para cuidarla. Al igual que en el cuarto no había ninguna foto en las paredes, se notaba una casa muy lúgubre, prácticamente muerta, en la sala encontré a una señora de edad leyendo y el resto nada, parece que las únicas que vivían en ese lugar eran la chica y la mujer, pero definitivamente no me hubiera gustado jamás conocer un ambiente tan deprimente como lo eran esas paredes que conformaban ese hogar, regrese al cuarto y ella ya se había acostado, me acerque a sus cuadernos a ver si podía sacar de ahí su nombre, sentía curiosidad y bueno después de ver varios (a nuestra edad ya nadie pone nombre en su cuadernos) encontré lo que buscaba, mire la letra y la mire a ella, así que su nombre era Noemí.
Los días comenzaron a hacerse muy pesado para mi, monótonos y aburridos, estaba completamente fastidiado con esta situación, no estaba interesado en lo que le podía pasar a Noemí, la rutina era la misma, salia temprano en la mañana rumbo al liceo (ya estaba en cuarto, mismo cursos en que estaba yo, de seguro preparando la licenciatura,la PSU) y volvía tarde, note que la relación con la mujer de edad (quien era su abuela) era muy fría, distante y apostaría sin temor a equivocarme que la anciana la odiaba, no me pregunten el motivo, nunca lo averigüe, como tampoco indague porque vivía con su abuela y no con sus padres.
Ya estábamos en los últimos días de noviembre, prácticamente llevaba cuatro meses muerto y tres atrapado en este lugar, ya no estaba en mi ciudad, estaba muy lejos de mi casa, odiaba a Noemí creo que la he hecho culpable de todo el rencor, odio que siento por lo que me paso, se que es injusto pero que esperaban, yo solo quería volver a casa y ver que ella podía seguir todo lo que a mi se me había negado era un recordatorio constante y por lo tanto no estaba interesado en protegerla, ni en saber nada de ella. Estaba mirando por la ventana una noche en que solo estábamos Noemí y yo en casa, su abuela se había ido por algunos días a la playa con otros de sus hijos, la mujer trataba muy mal a su nieta, la cual no respondía a la agresividad de su abuela, sabia que ella no la pasaba bien, habían ocasiones que volvía con la ropa sucia y algún golpe en el rostro, señal clara que se había peleado en la escuela y en ocasiones la veía derramar lagrimas en silencio, no le tomaba atención a nada de esto, no era mi problema me decía y la ignoraba.
-Esperaba más de ti Javier, dijo alguien a mi espalda, al darme vuelta estaba Rafael al lado de la cama de Noemí.
-Te había dicho que no quería cuidar a alguien que no conociera, le conteste molesto.
-No eres así Javier, este no eres tú, tienes que saber esperar y darte cuenta que las cosas aunque nos parezcan a la azar tienen un porque detrás, dime realmente no te interesa todo lo que pueda ocurrir con Noemí, tú podrías ayudarla mas de lo que te puedes imaginar, me contesto, yo lo mire fijamente un instante, mi fachada de despreocupación de estaba cayendo.
-Se la puede arreglar sola, dije intentando aun sonar despreocupado, Rafael me iba a contestar cuando se escucho el grito de Noemí otra vez pesadilla, había tenido pesadilla los últimos días, debían ser muy malas, despertaba agitada, respirando rápidamente, con lagrimas, realmente muy mal, prácticamente no descansaba, Rafael me miro, "como has algo" y yo debía decidir en ayudarla o seguir como si nada, que aria, realmente tenia el corazón de verla otra vez sufrir.
¿Que hago?
Si te has perdido alguno de los otros fragmento aquí te lo dejo