sábado, 25 de mayo de 2013

Una promesa, un corazón

Conocí a Martín cuando tenia siete años de edad, yo me encontraba sentada en un columpio del parque
cercano de mi casa llorando después que unos niños del bario me pegaran, nunca entendía porque ellos me trataban tan mal, me humillaban y nunca querían jugar conmigo, pero la familia de Martín recién se había mudado al barrio y el había salido a recorrerlo, se acerco a mi y no lo sentí hasta que lo tuve enfrente levante la cabeza y vi su perfecta sonrisa inocente y pura, como la de todo niño bueno, el estiro su mano y atropo en su dedo una lagrima que rodaba por mi rostro.
-Como te llamas, me pregunto de repente yo salí de mi asombro inicial, era la primera ves que lo veía por ese parque a un niño de mi misma edad.
-Sofia, le conteste, el sonrió amplia mente y me tomo de la mano, para que lo acompañara lo seguí un rato, hasta que se sentó debajo de un gran árbol de la plaza.
-Seremos amigos y este árbol sera nuestro testigo, me dijo desde la nada y sonrió yo sonreí junto con el, apenas lo conocía y me sentía segura al lado de él.
Ambos íbamos a la misma escuela y en el mismo curso, nos entendíamos perfectamente, desde ese momento nos volvimos inseparable no necesitábamos a nadie mas para ser felices, amigos incondicionales que se conocían como libros abierto, pero que siempre se sorprendían, nos cuidábamos y nos protegíamos mutuamente ya nadie nunca más me volvió a molestar Martín me protegía y yo lo cuidaba al niño que se trasformo en un chico maravilloso, bondadoso, caballeroso y hermoso que estaba siempre hay para mi, como yo lo estaba para el estaba siempre dispuesta a seguirlo en cada una de sus locuras, que mas de una vez nos metieron en problema pero que importaba si nuestro mundo solo existimamos el y yo.
Dicen que de la amistad puede nacer el mas hermoso amor y fue así como una bella mañana de primavera cuando habíamos cumplido ya diecisiete años, diez de lo cuales eramos amigos, bajo el mismo árbol testigo de esa promesa, Martín hablo lo que ya los dos sabíamos hace tiempo, confeso sus sentimientos.
-Sofi, tu eres todo lo que yo quiero en esta vida, eres el aire que respiro la luz que entra en mi ventana, el pilar que me sostiene y el tesoro que quiero proteger, ademas la única dueña de este joven corazón.
-Martín, tu eres mi pirata aventurero, el soplo que aviva mi vida, la alegría que me da animo y el único dueño de mi corazón y como hace diez años hiciste que este árbol fuera testigo de nuestra amistad yo ahora lo vuelvo testigo de nuestro amor.
El se acerco tímidamente a mi y me dio el primer beso, uno dulce, suave y eterno el primero de mucho mas, nuestra felicidad era completa, llena nuestro mundo se enlazaron y se sellaron en ese primer beso, terminamos la escuela juntos y entraríamos a la misma universidad, una mañana Martín me dijo que tenia que ir a ser un viaje donde su abuelo al otro lado del continente, desde que nos habíamos conocido jamás nos habíamos separado, pero el me prometió que estaría de vuelta a mas tardar un mes.
No saben como se me hizo eterno ese tiempo, pero a pesar que yo lo sentí eterno pasaron muchas cosas en ese periodo me comencé a sentir mal y mi madre creyó que era porque extrañaba a Martín pero una mañana me desvanecí y termine en el hospital, donde los doctores le dieron la noticia a mis padre necesitaba un trasplante de corazón, lo mas pronto posible, al saber la mala noticia lo único que quería era que Martín estuviera conmigo pero el aun no había vuelto, me sentía tan desprotegida a la deriva sin el, mi estado empeoro rápidamente y pronto no pude mantenerme cociente, solo cuando reaccionaba lo llamaba pero el nunca estaba.
A los pocos días de que mi estado fuera critico apareció un donante y se me fue trasplantado mi corazón, al recobrar el conocimiento busque a Martín esperándolo hallar pero no estaba, le pregunte a mi madre y ella me dijo que el aun no volvía de su viaje, me preguntaba porque no había vuelto si sabia de mi estado, me dieron de alta y no sabia nada de Martín ni siquiera una llamada, por mas que marcaba su celular no contestaba fui a ver a su casa y estaba igual nadie había vuelto, insistía día y noche por localizarlo y sentía que me volvería loca, mi madre me decía que lo olvidara que a lo mejor el se había enamorado de otra persona en su viaje y por eso no me llamaba, pero yo sabia que mi loco pirata nunca me aria algo así.
Al final un mes después de que saliera del hospital y no supiera nada de Martín mi madre y padre me dijeron que lo acompañara, el lugar que fuimos nunca había ido pero pronto lo reconocí, por mas que les preguntaba no me decían nada y a poco metros de llegar a nuestro destino sabia lo que pasaría y comencé a llorar, sentí como mi corazón latía y leí la inscripción.
"Martín del Solar, 4 de agosto de 1995 a 7 de julio de 2013"
Caí al suelo llorando era la tumba de Martín, no lo podía creer sentí que me iba a morir en ese mismo lugar, sentí que todo se acababa, que mi mundo de destruía, sentía como mi corazón latía aceleradamente y fue en ese momento que me di cuenta la fecha de fachecimiento era la misma en la que había sido trasplantada mire a mi madre y ella desvió la vista, mi padre fue quien me termino de decir toda la verdad.
Se le había avisado a Martín de mi delicado estado de salud y como era de esperar el tomo el primer vuelo de vuelta para estar conmigo y al tomar el taxis para el hospital había chocado el vehículo y el joven había muerto mientras se le hacían las tareas de reanimación, pero sin antes de decirle al para medico que su corazón se lo dieran a su novia Sofia, el hombre había traspasado la ultima voluntad del joven y su corazón fue trasplantado ese mismo día a su novia, escuchaba las palabras de mi padre pero sentía que no estaba, me tocaba el pecho y sentía como latía el corazón de mi Martín, me levante de ese lugar y salí corriendo a pesar que mi padres me gritaran no me detuve, que iba a ser sin el.
Corrí hasta llegar al árbol testigo de nuestros encuentro y me senté bajo el a llorar y llorar a pedirle que por favor me devolvieran a mi novio, que vendería mi alma por una segunda oportunidad con el que aria yo sin el habíamos prometido estar junto siempre, pero no de esta manera no podía concebir la vida sin el, menos la idea de que cada vez que sintiera latir mi corazón sintiera el latido del corazón que Martín me había regalado.
Por favor Martín vuelve a mi no me dejes, susurre y se que eso jamás pasara, pero vuelvo todo los días a pedirle que vuelva, porque yo no se vivir sin el, a pedirle al testigo silencioso de nuestra historia que me lo traiga de vuelta.

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