jueves, 28 de mayo de 2015

Mania

Nacer del vuelo estelar,
de un pequeño e insignificante
suspiro de amor, de dulce
recuerdo de una mariposa.
....
Volver a renacer de una lagrima,
del roció del amanecer,
de un corazón herido
marchitado y olvidado.
...
Vivir desde las cenizas,
de hojas al viento,
y de brisas de suspiros
de todo lo que se fue y no fue.


1 comentario:

  1. Sé que no sirve de consuelo, pero yo también tengo la manía de dejar ir muchas veces las cosas sin haberlas expuesto abiertamente.

    Cuando decides dejar de luchar (una decisión que yo he tomado hará tres semanas), estos versos son los que nacen. Llega un momento en el que alguien te hace nacer de un suspiro estelar, en el tiempo que dura dicho suspiro. Luego viene un tiempo turbulento de silencio, en el que vives de la esperanza de que algún día, o de que en algún momento, vas a ver la señal para poner tus cartas sobre la mesa. Pero mientras sí y mientras no, vives en un torbellino de luz, porque estás enamorado/a y nada es imposible y de dolor porque la incertidumbre te mata. Cuando pasas por el dolor de la incertumbre, y vuelves a ver que esta persona te regala unos minutos de su tiempo, vuelves a renacer. Y llega el momento en el que has llorado tanto que empiezas a ver que lo que pudo ser, lo que imaginaste como el sueño más hermoso que tuviste, no es. Y te quemas, te haces cenizas y pierdes toda la fe en los sueños y la esperanza.

    Luego llega otra persona y el círculo comienza desde cero. Y así vamos pasando los años que tenemos la suerte de estar aquí.

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