Hoy desperté queriéndote ver, pero recordé en ese segundo de que ya no estabas que yo ya no era parte de tu vida y me odio por aun quererte, cuando tu ni debes recordar quien soy.
¿Por qué pierdes el tiempo pensando en quien no piensa en ti? Hay una cosa que debemos diferenciar. Yo mismo no estoy pasando una buena época últimamente por una cuestión de corazón. Y sin embargo, he sido capaz de mantener algo de dignidad y no arrastrarme suplicando o recriminando migajas que no quieren darme. Mi caso en concreto rebosa de la tristeza de haber dado todo. De salvar algunas situaciones que me llevaron una tarde completa solucionar para que ella pudiera salir airosa de sus obligaciones. Trabajé para ella y consiguió buenos resultados por el trabajo que yo había hecho. Y resulta, que vino el silencio. Me di cuenta que todo el esfuerzo que yo había hecho en la mente de ella, no es digno ni de un saludo, ni una palabra. Pues bien, ese vacío que nace solo, como te he dicho en comentarios anteriores, lo iba llenando por momentos, una melodía, un sonido del mar, una puesta de sol, cosas sencillas que engañaban a mi mente para pensar en otras cosas y a vece duraba unos pocos minutos, pero al menos, esos pocos minutos, eran más agradables hasta que la fuerza de la costumbre me hizo dejar de pensar en alguien que pensaba -y piensa- que no soy digno de su tiempo. En definitiva a base de voluntad he dejado de pensar en quien no piensa en mí y ya no hablo de estar o no estar enamorado/a, hablo simplemente de esa palabra que una vez te alegro la vida y que ahora falta, no sé por qué motivo.
Hoy desperté queriéndote ver, pero recordé en ese segundo de que ya no estabas que yo ya no era parte de tu vida y me odio por aun quererte, cuando tu ni debes recordar quien soy.
¿Por qué pierdes el tiempo pensando en quien no piensa en ti? Hay una cosa que debemos diferenciar. Yo mismo no estoy pasando una buena época últimamente por una cuestión de corazón. Y sin embargo, he sido capaz de mantener algo de dignidad y no arrastrarme suplicando o recriminando migajas que no quieren darme. Mi caso en concreto rebosa de la tristeza de haber dado todo. De salvar algunas situaciones que me llevaron una tarde completa solucionar para que ella pudiera salir airosa de sus obligaciones. Trabajé para ella y consiguió buenos resultados por el trabajo que yo había hecho. Y resulta, que vino el silencio. Me di cuenta que todo el esfuerzo que yo había hecho en la mente de ella, no es digno ni de un saludo, ni una palabra. Pues bien, ese vacío que nace solo, como te he dicho en comentarios anteriores, lo iba llenando por momentos, una melodía, un sonido del mar, una puesta de sol, cosas sencillas que engañaban a mi mente para pensar en otras cosas y a vece duraba unos pocos minutos, pero al menos, esos pocos minutos, eran más agradables hasta que la fuerza de la costumbre me hizo dejar de pensar en alguien que pensaba -y piensa- que no soy digno de su tiempo. En definitiva a base de voluntad he dejado de pensar en quien no piensa en mí y ya no hablo de estar o no estar enamorado/a, hablo simplemente de esa palabra que una vez te alegro la vida y que ahora falta, no sé por qué motivo.
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