Eres como un espejismo,
una realidad engañosa,
en la que me encuentro atrapada,
encadenada desde que te conocí.
....
Eres la maldita pesadilla
que me acedia cada noche
en la oscuridad de mi mirada.
...
Eres ese motivo por el cual
hoy me encuentro sin ganas de seguir,
por el que me siento abatida,
por el que quier silencio eterno.
...
Eres la primera persona que en años
volvió a recordarme que tenia un corazón,
queriendo latir impulsado por el amor,
pero eres también la persona
que me recordó que es frágil
y que se le puede dañar.
..
Eres él responsable que hoy
este en mil pesados irreconocibles,
por el que recordé que no debo
enamorarme, porque nací para no ser amada,
que el amor en mi solitario mundo
es solo un espejismo en el desierto.
El poema está genial, pero no es cierto eso de que naciste para no ser amada. Tal vez él no es el adecuado, pero todos estamos destinados al amor. O al menos eso quiero creer, porque a mis 19 años aún no sé qué es un beso y quiero pensar que aún no es tarde para ello... Jaja así que ya sabes, bonita, la esperanza no hay que perderla nunca! Mientras, nada mejor que el amor propio para arreglar un corazoncito herido ;)
ResponderEliminarUn abrazo y pásate cuando quieras :3
todos tenemos a alguien, en el momento inesperado, en la persona menos pensada o en otra vida....pero sí existe.
ResponderEliminarun abrazo Inori!
Opino que la actitud y nuestro modo de pensar y de ver las cosas pueden ayudarnos a superar estos obstáculos que la vida nos presente y en este caso, es alguien que nos conquista pero que nos hace daño porque nosotros no llegamos hasta él/ella. Yo lo que sí creo que es que el motivo de querer vivir es el propio hecho de estar vivo... Porque llegará un día en el que no lo estaremos, tarde o temprano. Cuando a mí me ha pasado algo así a lo largo de los años, me lo he tomado como un reto, aunque todo se pinte de gris, aunque el dolor te robe la esperanza, aunque no quieras aceptar que esa persona no estará a tu lado y aunque maldigas el momento que se cruzó en tu vida, yo mismo me he puesto el desafío de salir adelante sólo por demostrarme a mí mismo que se puede. Que una persona no es motivo suficiente para dejar de sonreír, ya que el hecho mismo de sonreír, es el mejor remedio contra el dolor.
ResponderEliminarY habla alguien que ha perdido muchas veces la paciencia, que ha perdido muchas veces la esperanza, pero que por fortuna, de un tiempo a esta parte, sabe que el dolor y la tristeza son también tramos de la vida y si se quiere vivir, hay que caminar por ellos.