domingo, 12 de abril de 2015

Podría valer la pena

La luna ya se había apoderado del firmamento nocturno cuando él llego a ese parque completamente solitario a esas horas de la noche, pero sin duda durante el día tuvo que estar completamente lleno de vida infantil, llena de esa alegría autentica, esa despreocupación que solo se siente en esa época de la vida, no como ahora para él, ya con su mayoría de edad, responsable de sus actos, dueño de sus propios errores, ya él no conocía lo que era estar despreocupado o estar feliz, no todo había acabado tal vez hace año o tal vez un segundo antes que llegara a ese parque.
Se sentó en uno de los columpios y se dejo llevar por ese balanceo esperando encontrar la solución a los problemas que ahora su mente le repartía a cada segundo que pasaban, haciéndolos eternos y efímero en el mismo momento que solo una lagrima podía callar esas voces en su cabeza del error que ahora lo estaba penando.
-Si la quieres no la dejes ir, escucho del viento y una pequeña y melancólica sonrisa se dibujo en su rostro mientras lo dejaba caer.
-Podría ser así de fácil, así de simple, le contesto al viento.
-Simple no sera, pero sin duda valdrá la pena cada esfuerzo, cada espera, sin duda te ara alguien mejor y te encontraras a ti y aun mas encontraras otra vez a tu corazón, contesto la luna desde las alturas.
El chico permaneció en ese columpio en el solitario parque hasta que el sol se hizo dueño del cielo y se marcho ahora tal vez con una respuesta que no sabia que la andaba buscando pero que por fin la había encontrado.

1 comentario:

  1. Me he sentido muy identificado con la voz del viento en este texto. "No la dejes ir". Soy partidario de luchar lo que sea necesario y haga las heridas que haga la espera. Sin embargo, esto tiene una cosa negativa y es que si al final de tanta lucha, de tanta espera, acabas viendo o percibiendo que tu compañía no es agradable, que esa persona por la que suspiras no quiere tu presencia, seguir empeñado en no dejarla ir, sólo puede causar molestia, y a la larga, mayor rechazo hacia tu persona. Entonces te sientes como un necio, como un necio que ha periddo su tiempo luchando por alguien que no quería que se luchara. Pero por otra parte, con la sensación de haber hecho lo único que te pedía el corazón. Al final acabas entiendo que es una de esas encrucijadas que la vida te pone y que sólo el paso del tiempo puede cambiar el rumbo.

    Sin embargo, el protagonista de esta historia ha encontrado respuestas. Has descrito muy bien ese momento donde empiezas a ver el camino que hasta ahora no habías visto y tu futuro se llena de una esperanza, o mejor dicho, de un motivo, porque el luchar y por el que vivir.

    Sólo queda desearle suerte y que no abandone su empeño, aún después de haber logrado su meta.

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