martes, 14 de abril de 2015

1305 días, una carta al cielo.

¿Cómo has estado? ¿Qué tal van las cosas? ¿ Qué me cuentas de tu vida o de tus sueños? y tienes novias, ¿Cuánto tiempo ha pasado? y por qué ríes y dime ¿Qué has planeado para después?
Esas preguntas y otras tantas más que jamás tendrán una respuesta de tu parte, serán echas al viento, a las estrellas, a la luna, al sol e incluso al silencio, la podre realizar mil veces, antes de dormirme, cuando este despertando, en medio de una tarea diaria, en el silencio de mi cuarto, las puedo repetir, recitar pero se que no las responderás, no habrá respuesta por mas que ruegue, implore esas respuesta, no las tendré, por un simple impedimento yo estoy aquí y tú estas en el cielo hace ya 1305 días desde tu partida.
Te escribo una carta cada catorce, hace ya varios catorce que te escribo y le pido a los ángeles que te la lleven, aunque no le pido que me traigan una respuesta se que eso seria mucho pedir, pero puedo ser feliz un momento al escribirte.
Las cosas han cambiado demasiado desde, bueno tú sabes desde cuando, ya no soy la misma chica, me han pasado miles de cosas y a la vez nada, ya no soy tan temperamental aprendí a callarme lo que me molesta, a ser mas serena para mis cosas, aprendí aceptarme aunque sea diferente, estoy buscando una gotas de alegrías en medio de mucho dolor que solo mi corazón conoce, se que vivo con miedo que me cuesta creer que alguien pueda quererme y que prefiero cubrirme antes de arriesgarme aunque últimamente me he arriesgado y tengo miedo al dolor que puede aguardarme pero también puede ser al revés puede ser que por fin de tanto fracaso algo inesperado puede causar esa sensación, sabes las he vuelto a sentir.
Ya estoy en el penúltimo año de carrera mira como he avanzado, con tu guía desde siempre, se que has sido mi guardián en este andar, y se que aun me acompañaras en lo que falta, lo que más deseo es que estés orgulloso de mis logros, de la persona que he logrado ser, de la persona que seré, quiero siempre estés orgulloso de mi, temo decepcionarte, muchas veces he sentido que lo he echo pero nunca lo he querido.
Te quiero con todo mi corazón y sabes que me haces muchas falta pequeño amigo mio, pero se que en otra vida nos volveremos a cruzar, por ahora un beso y un abrazo a las estrellas para que te lo den por mi.

1 comentario:

  1. Creo que la belleza de esta carta, la sinceridad de derrama, la dulzura con la que está escrita, merece una respuesta. La merece aunque no llegará pero no me parece mucho pedir. En este caos no.

    Mientras leía la carta me ha dado por pensar en lo misteriosa que es la muerte. Nosotros nos miramos en el espejo y nos vemos tan cambiados... pero sin embargo cuando vemos a quien no está, su aspecto es el de esa persona que nos iluminaba nada más con su presencia.

    No soñaré demasiado, porque no tengo claro qué hay más allá. Ni siquiera sé si hay algo y no soy capaz de tener muchas esperanzas en eso. Al menos, no ahora, que estoy en un periodo de inflexión en mi forma de ser. Pero si te digo que pienses que a él no le gustaría oír algunas cosas que le cuentas sobre tu desconfianza en ti misma. Quizá eso te ayude, quizá el hecho de pensar que él está seguro que tus acciones son siempre nobles, aunque a veces "hayas podido molestar" a alguien. Que no habrá alguien que te quiera, sino que muchas personas pueden hacerlo. Que tienes miedo de no estar a la altura cuando es imposible estar a la altura de todo el mundo. Siempre habrá alguien que alabe lo que haces y gente que lo destruya. Por eso es tan importante ser uno mismo y plasmar lo que representa de verdad tu mundo. Y estoy seguro que aplaudirá verte en el penúltimo año de carrera, ver que has cambiado y madurado a mejor, que eres una mujer más completa y que caminas por la vida con tus metas claras.

    Con cartas así, te dan ganas de creer que el sinsentido de la vida es para algo. Que una amistad y un cariño tan fuerte no puede terminar sólo porque una parte haya tenido que marcharse. Que luego hay otra posibilidad de que siga creciendo y que cerrar los ojos no es despedirse para siempre. Dan ganas de creer, porque sería lo justo. Y te agradezco este empujoncito de luz en esta oscuridad que ahora habito.

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