De repente, hubiera jurado que desde la nada aparecieron en el cielo, unas criaturas como unos murciélagos enormes, albinos, desde sus bocas se podían apreciar claramente sus dientes afilados, amenazantes de rasgar mi piel, sus pequeños ojos inyectados en sangre se posaron rápidamente en nosotros y en cuestión de segundo se abalanzaron en nuestra dirección, como animal que busca su presa, no supe en que momento estuve tirado en el suelo y con Azrael frente mio, ahora él sujetaba una espada reluciente, de hoja recta y doble filo, su pose y la toma de la espada no me recordó para nada a un ángel si no a un caballero del medioevo, con un solo movimiento decapito a la primera criatura, pero la segunda logro evadir su ataque obligandolo a tomar postura de defensa y a alejarse tanto de ella como de mi, con lo que dio también espacio para que la tercera criatura se centrara en mi, no tuve tiempo para reaccionar, cuando sentí el aliento fétido de ese animal encima mio, alcance por escaso centímetro a librarme de sus garras y comencé a correr. Mi corazón latía a mil, sentí la adrenalina correr por todo mi cuerpo, mientras huía de la criatura, corría lo mas rápido que mis pies me daban, logre alcanzar uno de los edificios en ruinas que había en las proximidades con la esperanza de encontrar refugio, el tamaño de ese ser no le permitiría poder entras, por un momento me sentí seguro.
Pero estaba equivocado en cuanto vio que no podía alcanzarme en mi refugio, la criatura murciélago se trasformo en un hombre de mediana edad, sus ojos rojos me miraban fijamente mientras que en sus labios se dibujaba una sonrisa siniestra dejando lucir aun esos dientes afilados, esa sonrisa reflejaban claramente su pensamiento, "aun te tengo", lo quede mirando sin comprender mucho, seguía respirando agitadamente, sin embargo rápidamente le di la espalda y seguí corriendo al interior del edifico, no veía a Azrael por la cercanía y ahora el hombre caminaba lentamente hacia mi con un gran maso en sus mano que arrastraba por el piso mientras daba cada uno de sus pasos, estaba seguro que si me alcanzaba con un solo golpe de ese maso reventaría mi cabeza, mi mente se negaba a pensar y solo un instinto de sobre vivencia era el que me ordenaba huir o me hubiera quedado quieto hace tiempo, estaba en un estado de shock, con lo que estaba pasando.
Corrí en dirección a la escalera y pronto alcance el segundo piso, estaba llegando al limite de mis energía, aunque quisiera seguir huyendo pronto no tendría las fuerzas suficientes para hacerlo, debo admití confié que mi condición de ángel me dieran una condición física que había descuidado por meses, cuando estaba vivo era un buen deportista, pero hace mucho tiempo de eso sentía, estaba escondido en una de las oficina, próxima a las siguientes escaleras cuando la criatura alcanzo el segundo piso.
-¿Dónde estas pequeño ángel?, dijo con una voz de ultratumba que hizo helar mi sangre, cerré mis ojos en un intento en vano de serenarme, sentía como silbaba buscandome, sentía su paso acercándose cada vez mas cerca, sentía el pum, pum de mi propio corazón, no podía encontrar la respuesta a este encrucijada, acaso los ángeles podíamos morir, no lo sabia, sin embargo sentía que esa posibilidad era tan posible, había visto que a pesar de ya estar muerto muchas de mis necesidades humanas seguían, debía dormir, me cansaba, tenia sentimientos y por qué no entonces podía morir nuevamente, todo esos pensamientos, sensaciones me estaban confundiendo, sentía ahora su respiración mas cerca, quise moverme pero mis piernas se negaron, mi cuerpo por completo se negó a obedecerme.
Parte de la pared que me escondía quedo hecha añicos, los fragmento volaron en cuanto un golpe seco del gran maso de mi depredador dio con ella, me quede apoyado aun en lo que quedaba, mientras lo tenia frente a mi, esos ojos rojos clavados en mi, con una sonrisa siniestra me contemplaba, mientras yo seguía en el suelo mirándolo fijamente, mi pulso se detuvo, mi respiración volvió a la normalidad, pero no sabia que hacer, había sido atrapado.
-1, 2, 3 por el ángel guardián, dijo mientras una sonrisa aun mas enorme se dibujaba en su rostro mostrando cada uno de sus afilados dientes, levanto el maso enorme por sobre su cabeza y lo único que pude hacer fue cerrar mis ojos, ya estaba cazado.
Hola. Quien recuerda esta historia que estoy escribiendo en el blog, la Historia de Javier, no me digan que lo han olvidado, romperán mi pequeño corazón. Primero quiero pedir disculpa por no haber publicado ningún fragmento de la historia en un tiempo muy largo, intentare mantenerla mas actualizada y por lo menos subir un capitulo por semana como antes. Si reciben conoces la historia o te has perdido de algún capitulo te los dejo aquí bajito para que los veas. Disfrútenlo.