miércoles, 27 de julio de 2016

Simplemente una historia (parte 35)

Después de eso mi hermana llevo a Noemi a la casa de mi madre, en donde esta y Amanda la esperaban con una pequeña fiesta de bienvenida.
-Bienvenida a casa, dijo Amanda lanzándose a los brazos de Noemi que la recibió con calidez abrazándola tierna mente, ambas se veían tan felices al estar juntas.
-No debieron haberse molestado, dijo Noemi al ver que habían colocado globitos de colores y un cartel de bienvenida.
-Esperamos muchos años que volvieras, dijo Laura entrando a la casa a tomar a su pequeño que estaba en brazo de su padre, Noemi sonrió, primera vez que la veía sonreír desde que nos habíamos encontrado, una sonrisa sincera, una sonrisa desde el corazón.
-Pasa no te quedes en la puerta, dijo mi madre y ella recién se dio cuenta que aun no había entrado a la casa, la tome de la mano aunque ella no lo sabia y la invite a entrar a mi hogar, el lugar que jamás tuvo que haber abandonado, me acerque a mi sobrino al cual aun no conocía, le acaricie la mejillas y el sonrió.
-Te ves muy bella de madre, dijo Noemi acercándose y mi hermana le entrego al niño.
-Carga a Joaquin, dijo mi hermana sonriendo, Noemi la miro tan asombrada como yo, ese era el nombre que yo siempre dije que le pondría a mi hijo. 
-Le has puesto el nombre que escogimos de niños, dijo Noemi sonriendo.
-Aun recuerdas, que cuando tú y Javier jugaban a la mamá y papá le ponían a su hijo Joaquin y que dijeron que cuando tuvieran uno de verdad llevaría ese nombre, porque a los dos les gustaba y que yo seria la mejor tía del mundo, hoy mi hijo lleva ese nombre por ustedes, dijo Laura mirando a Noemi y recordé esos juegos de niños, ambos soñábamos con tener un hogar a pesar de la poca edad que poseíamos.
La noche paso entre risa, había una nueva energía en mi hogar, mi pequeña hermana se había quedado dormida en el sillón con la cabeza apoyada en el regazo de Noemi quien le acariciaba el cabello, aunque esta misma se veía somnolienta.
-Mi amor porque no llevas a Amanda a su cuarto, le pidió Laura a su esposo, el cual tomo en brazo a mi pequeña hermanita subiéndola a su cuarto.
-Creo que yo también me iré, dijo Noemi levantándose, al mismo tiempo que mi madre aparecía desde la cocina.
-Noemi quédate esta noche, ya es muy tarde para que te marches, dijo mi madre, Noemi se mostró un poco reacia a la idea pero yo solo quería que ella se quedara en casa aunque fuera solo por una noche, al final termino aceptando la invitación.
La pusieron en mi cuarto, el cual seguí igual como yo lo había dejado, mi madre le pregunto primero si no le molestaba dormir en mi cuarto, porque si no ella dormiría con Amanda para dejarle el cuarto de mi pequeña hermana. Al final Noemi se quedo en mi cuarto, mi madre le paso un pijama de Laura la cual también se quedo en casa junto a su familia y así fue como llego la paz a mi hogar, la luna estaba en lo alto y mi protegida la veía desde mi ventana, la contemplo por mucho tiempo en silencio, yo la miraba sentado desde mi cama, aun no podía creer todo lo que habíamos vivido, al final el sueño le gano y se acostó sobre los tapes, cuando estuvo dormida la cubrí, se veía tranquila, se veía bella, me preguntaba que habíamos hecho para que nos separaran, habíamos sido soldados y ahora eramos un mortal y un guardia y aunque no estaba seguro sabia que ese era un castigo por las palabras de Zimiar, qué hicimos tan malo para condenarnos a este amor no correspondido, esas preguntas acechaban mi mentes mientras, mis ojos se cerraban de cansancio, me estire a su lado y me deje llevar por Morfeo una vez más.

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